miércoles, 5 de mayo de 2010

ENTREVISTA



Sobre Crónica de un día extraño (libro de relatos), entrevista en el periódico Milenio: http://impreso.milenio.com/node/8758755

martes, 4 de mayo de 2010

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lunes, 5 de abril de 2010

Reseña crítica



La reseña de Crónica de un día extraño aparece en la revitsa Indie Rocks. De venta en Sanborns.


martes, 5 de enero de 2010

CRÍTICA

Indudablemente un día extraño lo hemos tenido todos, aprovechando todos los recursos descriptivos que sólo la crónica nos otorga, el autor, Zaid Carreño, plasma vivencias tan simples que llegan a establecer un punto de identificación. En ocasiones tan subjetivas que llegan a confundir.

Algo muy cierto es que no es una perdida de tiempo, leer este conjunto de historias, que como ya mencionaba son cotidianas y cualquier persona que tenga acceso a ellas sin duda se verá reflejado como fue mi caso.

Situaciones tan vergonzosas como el tener una cáscara de fríjol entre los dientes o una erección en público, la revelación de deseos reprimidos como el reclamo a los padres, la coincidencia con la realidad de los horóscopos, la fe o desconocimiento de los mismos o simplemente el monólogo en el que día a día nos sumergimos cada uno de nosotros. Son aspectos que hacen de esta obra un descanso después de tanto análisis y que no exige más que el recuerdo de experiencias propias e identificar la relación con nuestro presente.

Crónica de un día extraño es como una de esas películas que ves, te gustan y no importa cuantas veces la vuelvas a ver siempre encuentras algo nuevo y cada vez es igual o más emocionante que la primera vez, seguramente esto pasará la próxima vez que me encuentre entre lo ideal y lo real de un día extraño…

Sebastian Huerta Viurcos
http://www.myspace.com/sebastian_hv

sábado, 12 de septiembre de 2009


EN CRÓNICA DE UN DÍA EXTRAÑO:


Julita (Fragmento)
(Incidente en la Calle de las Novias/James Reeve)

La piel ya no volvió a ser de foca, la dejaría aquel día que entrara a tierra para seguirla. Hoy está muerto. Selkies les llaman. Les interesa algo de nuestro mundo y visten humanidad para andar por las calles sin problemas. Caminando por una, se encontró con la mujer más bella hasta ese momento por él vista... y distinta; quieta, sin parpadeo ni habla, blanca como grito de ola. Pero también arco iris: roja manzana en los labios, sus ojos, soles azules muy redondos de largos rayos oscuros cuales brazos de pulpo en fuga, y el cabello, también inmóvil, hacia cinco direcciones como estrella castaño cobre.

Se llama Custodio Luna, y es una foca enamorada de un maniquí.

-¡Qué hermosa es!- exclamó emocionado cuando la vio. Subió al avión que la trajera a México desde Irlanda. Un muchacho fornido la aventó junto con otras guapas a la caja de un camión. Custodio corrió tras ella kilómetros y más kilómetros. Extrañó en ese momento su cuerpo de foca y el mar; -De ser animal y el asfalto agua, ya la habría alcanzado- pensó. Llegó minutos después a una calle muy transitada del Centro Histórico de la Ciudad de México. Le llamaron la atención unas pilastras en la portada de un edificio; sabía eran barrocas, pero muy distintas a las que había visto en Europa. Sólo tardó unos minutos en contemplar la arquitectura, porque de inmediato bajó la muchacha en brazos de una anciana y fue depositada al interior de una tienda que en su margen superior rezaba: “Novias...Creaciones d´ Paloma...Alta Costura”.

Custodio no se atrevió a entrar al lugar. Desde la acera de enfrente espiaba la realidad al interior de la tienda. Y entonces apareció radiante; hermosa. Superaba en belleza a las otras alrededor de ella. Le habían asignado el mejor lugar de la vitrina; las manos sosteniendo un ramo, vestida de blanco por una sofisticada indumentaria que provocaba sus lindos ojos azules brillaran más.

miércoles, 12 de agosto de 2009

En Crónica de un día extraño:

Lo hago por mi hermano (fragmento)

No lo hagas ¿ Quién eres ? Soy tú y también fui un guerrero del ejército de los hititas cuando los últimos días de Akhenaton. Conocí a Stendhal, su pasión por la mujeres, y en estos tiempos encarné a un revolucionario cubano; prendí al libertador varios habanos. Fuimos todos esos personajes y otros más ¿ Fuimos, qué quieres decir con eso ? He estado, hemos estado aquí desde hace mucho tiempo y no puedo descansar, no podrás hasta que no hagamos las cosas bien. Debes saberlo, no alcanzamos la paz hasta que no estemos totalmente purificados. Yo estaba confiado, esperaba esta fuera mi última vida, tu última vida, pero lo estás echando a perder. Créeme no querrás vivir eternamente. No quiero. Espera, esto es imposible. Rústico incrédulo comenzó a reír a carcajadas, los músculos de su cara se extendieron al máximo obligándolo a cerrar los ojos. Regresó la fuerza a sus piernas y se levantó cuando hubo terminado de desahogarse, abrió los párpados y se enfrentó a lo que para él no era la realidad. Su reflejo estaba tendido, tirado en el suelo, desde ahí su otro yo, que era él mismo, comenzó a decirle: Así es como nos vemos, como te veías hace un rato. Perdóname pero no quiero caerme, no deseo estar nuevamente arrastrándome por el mundo; por el tiempo y el espacio ¡¿No lo entiendes?! Reencarnarás en otra persona si no actúas correctamente. No debes hacer lo que te encargó aquel imbécil, eso podría darte otras tres vidas. La eternidad es el infierno, lo comprendo ahora. No se me había permitido tener contacto con alguno de mis otros yo; ni en este momento, me estoy arriesgando porque creo en ti ¿ Por qué no vas a creerme si yo soy tú ? Te digo, aquí no se está bien. Es un fuego que te quema y no se consume. No te acostumbras, cuando parece que has dominado el dolor, las características del fuego cambian y te producen un sufrimiento que antes no habías sentido. Hablo de ti, lo que ahora sufres es ese fuego. El dolor que sentirás en otra vida será a razón de esa misma flama pero mutada.

El ojo de Zeus (fragmento)

Rústico estaba en el suelo, no había alcanzado a llegar hasta donde estaba ella, sus manos temblaban y decía sentir acalambradas las piernas. Nalgas ácidas se acercó, le depositó una pastilla en la boca al tiempo que le regañaba: - ¿Cuántas líneas fueron esta vez?¿La cocinaste? Mierda, como siempre nunca me invitas ¿Qué es esto? – Nalgas porosas descubrió entre la sangre que de la nariz le escurría a Rústico, un cuerpo del tamaño de cualquiera de sus ojos. - Es arena – contestó Pessoa – tomé un poco por la mañana y la esnifé, esa bola que me acaba de salir, supongo es el ojo que le arranqué a la figura de Zeus que un joven esculpía en la playa -.